Cada vez que los clientes de Defender realizan llamadas sobre la marcha, cuando escuchan música o siguen el navegador satelital sin interrupciones, parte de ese trabajo se debe a Emma Kowalczuk y a su equipo.
La mayoría de nosotros nunca cuestionamos cómo funciona toda esta tecnología en armonía. Sin embargo, Emma sí lo sabe. Ella te dirá que se trata de encontrar el mejor lugar para colocar las antenas del automóvil para obtener el máximo desempeño. Y te hablará sobre la compatibilidad electromagnética. En pocas palabras, esa es la capacidad de pequeñas piezas de los equipos electrónicos para funcionar sin interferir entre sí. Esto se denomina acoplamiento y es importante evitarlo.
Como líder de la Sección de Sistemas Electromagnéticos de JLR, Emma dirige un equipo de ingenieros expertos que utilizan simulaciones por computadora para abordar un problema clave. “Básicamente, se trata de cómo obtener esas señales eléctricas desde fuera del vehículo hasta el interior y, finalmente, llevarlas al cliente, que podría estar descargando software de forma inalámbrica o reproduciendo elementos multimedia en movimiento”.
Las personas esperan cada vez más que sus automóviles se comporten como un teléfono inteligente. El equipo de Emma comprende esto. “Queremos emular esa conectividad y experiencia dentro del auto. Cualquier cosa que tu teléfono pueda hacer, queremos que el vehículo también pueda hacerla. Por lo tanto, es muy importante considerar, por ejemplo, dónde están las antenas en el automóvil. Eso puede permitirte tener básicamente la misma funcionalidad que tienes con un teléfono”.
Esta funcionalidad incluye actualizaciones remotas. El trabajo de Emma benefició la tecnología de software inalámbrico (SOTA, del inglés Software-Over-The-Air) de JLR, lo que permitió a los clientes de Defender recibir actualizaciones sin necesidad de visitar a su distribuidor. Hace poco, esto significó instalar el reconocimiento de voz de Alexa de Amazon, un elemento adicional que muchos clientes no esperaban.
“Espero que los clientes piensen que es bastante bueno que se pueda hacer de forma inalámbrica y que no hayan tenido que ir al distribuidor. Si les recomiendas a las personas que vayan a un distribuidor, pueden pensar es un gran inconveniente”.
La antena que hace posible esto está dentro de un pequeño módulo con forma de aleta ubicado en el techo de Defender, hacia la compuerta trasera, por una buena razón. Asegurarse de que funcionaba correctamente fue una gran contribución a todo el proyecto.
“Si colocamos la antena en una ubicación incorrecta, tendrá muy bajas posibilidades de recibir la señal. Puedes colocarlas en el parachoques en algún lugar y va a estar oculto, pero la carcasa metálica del automóvil podría bloquear el enlace de comunicación a la estación base celular y eso es un problema. Las colocamos allí para obtener el máximo desempeño de conectividad.
Para entender cómo se comportan las diferentes señales electromagnéticas y cómo podrían interferir entre sí, Emma y su equipo producen imágenes que parecen carrocerías de automóviles con nubes alrededor de ellas. Según ella, eso es parte de la diversión. “Lo bueno de esto es que puedes visualizar lo que hacen los campos. Muchas personas dicen que las comunicaciones electromagnéticas son mágicas, porque a veces uno desconoce por qué ocurrió un problema. Sin embargo, con la simulación, realmente puedes ver dónde están los campos y dónde está sucediendo el acoplamiento. Se elimina la magia porque puedes visualizarlo”.
Además de comunicarse con todo el mundo, Defender envía mensajes entre sus tecnologías integradas. El equipo ha trabajado en el sistema de radar detrás del control de crucero adaptable y los monitores para el punto ciego del conductor y la presión de los neumáticos de Defender.
Emma, que se unió a JLR en el 2015, fue la primera persona en el negocio en trabajar en la simulación electromagnética. Su equipo ha crecido desde entonces a ocho personas, tres de las cuales son mujeres. “Estoy muy orgullosa del equipo por todo el trabajo que han hecho y por la capacidad que han desarrollado en esta área”.
Esa capacidad se originó en la pasión de la niñez de Emma por los temas STEM (del inglés Science, Technology, Engineering And Maths; ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). “Siempre me he interesado por la ciencia y las matemáticas y cursé esos temas en la secundaria y en el nivel avanzado. Tenía bastante interés en la electrónica y, por eso, que estudié la ingeniería eléctrica en la universidad. Hice mi doctorado en comunicación inalámbrica, por lo que pueden ver cómo me he perfeccionado en un área a medida que avanzo”.
Con sus estudios completados, Emma trabajó en una empresa de software antes de llevar sus habilidades a la industria automotriz. Con la electrónica que se vuelve cada vez más importante en los vehículos modernos, su ejemplo debe inspirar a muchos otros a seguirla.
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